Viéndonos a escondidas [Stefano]

No me apetecía hacer nada así que me arreglé y me fui al parque. Cogí mis pertenencias y fui a coger mi coche, no me apetecía nada ir andando hasta allí.
Una vez que llegué aparqué mi coche en un sitio seguro, en un sitio vigilado por algunos de mis compañeros y fui andando.
Había muchos niños jugando y en los columpios. Familias con sus hijos y poca gente más.
Me fui a un banco a ver si había recibido alguna que otra noticia por medio de mi blackberry. Y en efecto, la había recibido.
Así que les conteste y me sente a descansar un poco en el banco.

- ¿Jasmine?. Cuanto tiempo. Hacía muchísimo que no te veía debido a... tu sabes el que. ¿Que tal te va todo? - le dije levantandome para darle dos besos en la mejilla a modo de saludo.
Relamente hacía muchísimo tiempo que no nos veíamos. Debido sobretodo a que, ella era de la CIA y yo de la mafia. Seguramente eso nos había distanciado bastante.
Estaba practicamente igual a cuando la conocí, con unos cuantos años más pero igual. Realmente perfecta.

- La verdad es que me va bastante bien en mi trabajo y en mi vida. Realmente es lo que me gusta hacer y tampoco voy a cambiar nada de lo que tengo. Estoy bien donde estoy - le dije sonriendo.

Luego me volví a sentar y me sonrojé un poco debido a su afirmación.

- Tu belleza es inmejorable pero bueno estas muy guapa, incluso un poquito más de la última vez que nos vimos - le dije sonriendo.

- Tonterias. Y si es verdad, tu no lo respetas vamos ni por asomo. Además tampoco eres tan vieja, no exageremos Jasmine. - le dije dandole un leve codazo.

Luego miré a mi alrededor. Había poca gente, aun menos de la que había antes. Saqué mi blackberry, al parecer querían que hiciese algun que otro trabajillo pero bueno ya lo haría, tenía tiempo de sobra. Además no me iban a estropear mi quedada con Jasmine. Nada podría estropearmelo por el momento. Había gente vigilandome pero bueno los ignoraba.

- No, no me pasa nada. Tan solo he recibido un mensaje nada importante. De verdad. - le dije.

Realmente tenía a cientos de la Mafia vigilandome por si contaba algo de lo que me pasaba. Era un poco incómodo la verdad. Realmente me llevaba bien con ella pero eso de que fuera de la CIA, no es que lo llevara muy bien que digamos. No le podía contar nada de lo que pasaba. Ni tampoco meterme en lios delante de ella. Era muy peligroso ser amigo de alguien como ella. Realmente peligroso para alguien como yo. Dos enemigos siendo amigos, nadie lo veria ni medio normal.

- Nada tranquila. Ya sabes, cosas que tenemos que hacer y todo eso, es normal que me preocupen, no es fácil hacerlas. - le dije susurrandole al oido. Luego le di un beso en la mejilla y le acaricié suavemente la cara.

Estaban por todos lados, parecía como una pesadilla. Realmente nos tenía que vigilar el capo y lo sabía pero podría dejarnos al menos respirar un poco. No nos dejaba hacer nada sin su consentimiento, y era normal pero bueno a veces controlaba demasiado a todo el mundo, bajo mi mas humilde punto de vista.